Ella nunca se va,
aguarda agazapada en una letanía
de peldaños que incitan al
descenso.
Me conoce, y también yo la conozco,
ya estuvo en mi penumbra
más de un siglo de veces.
Yo sé que volverá, pero esta vez
no será fácil que me quede al fondo
de su mar lacerante.
Primero
Primero
tendrá que pelear contra una guardia
de Lázaros en pie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario