A veces no soy yo,
cuando la soledad se vuelve perezosa
y el cansancio no avisa,
cuando escribir no duele
ni se rompe el espejo en mil palabras
y una calma desierta se instala en los instantes,
ni se rompe el espejo en mil palabras
y una calma desierta se instala en los instantes,
y la vida bosteza
y me esconde alicientes y me oculta motivos
y apenas si me mira
y no me piensa.
A veces no soy yo,
lo sé cuando no puedo sentir nada
y escribo con la inercia de los actos
reflejos,
con la tinta sin voz, vacía-mente,
con la tinta sin voz, vacía-mente,
cuando soy otra simple
mortal que ya está muerta.
mortal que ya está muerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario