Mientras me
hablabas
cada latido me
empujaba al sur,
a bailar sobre
el miedo
y a despejar la
incógnita de una felicidad
desesperadamente
inacabada.
Pero no sé si
supe responder
al puente
inesperado de tus manos.
Y no sé si entendiste
que mi alma era un enredo de llagas y de besos,
un bullicio de tiempo en la deriva,
un galope radiante y paralítico
luchando por correr hacia tus ojos.
Debí decirte que jamás me fui,
un bullicio de tiempo en la deriva,
un galope radiante y paralítico
luchando por correr hacia tus ojos.
Debí decirte que jamás me fui,
que guardé en mis oídos tu silencio,
y que ando sobre puntos suspensivos
con tu nombre abrazado a mi memoria.
No supe responderte y está mi corazón
desnudo en la intemperie.
No sé si volverás.
desnudo en la intemperie.
No sé si volverás.
Y de nuevo,
este sabor a incertidumbre,
y otra vez,
este olor a nostalgia.
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