A veces un instante
puede encender la luz
de las noches del tiempo.
de las noches del tiempo.
Y abrir las cerraduras imposibles,
y sacarnos del pecho cada bala,
y sacarnos del pecho cada bala,
y hacernos caminar
llenándonos de ceros los zapatos.
A veces simplemente un solo gesto
atraviesa de golpe los añicos,
se salta los paréntesis oscuros
y nos pone delante de un viaje de regreso.
Y de pronto se esfuma la sal acumulada
y todo es tan exacto como un beso
y vuelan primaveras por el vientre.
A veces un instante es un tsunami
que llega y nos coloca mirando al mismo mar
sobre una nueva orilla.
sobre una nueva orilla.
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