Te aproximas
como un viento plomizo que amenaza
con desequilibrar a las palomas.
No dejaré que entres para arrasar suturas.
Porque ya no me cabe más lluvia en
las pestañas
ni tengo más penumbra en los bolsillos
con que dar de comer a tu inclemencia.
Ya no tiembla mi voz ante tu aliento
ni puede tu veneno atar sus nudos
para apretar el aire.
Ya no puedes pisarme los caminos.
Mi cansancio es más fuerte que tus ansias.
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