Cuando vengas
me encontrarás desnuda y sin rincones
con una sinfonía de abejas en el
vientre.
Te hablaré del color de la saliva,
del vuelo de las jaulas,
del viento que penetra madrigueras,
del torrente de lluvia de una lumbre.
Te contaré el secreto de mis dedos
a base de trazar
dibujos de mi piel en tus orígenes
y
prenderé una antorcha en tu memoria
mientras lleno de ríos el tiempo de
la sed.
Cuando vengas
me encontrarás como
un paisaje virgen
sobre un lecho de
pétalos abiertos.
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