No consigo salir del
corazón
y ya no tengo
fuerzas.
Me mata su vaivén de
pétalos y púas,
su esperanza suicida,
su blanca valentía vulnerable.
Se alejan las señales de la luz
y me asustan las sombras del olvido,
pero estoy tan cansada,
tanto,
que siento que mis huesos son de sangre
y ya no puedo dar un paso más.
Se alejan las señales de la luz
y me asustan las sombras del olvido,
pero estoy tan cansada,
tanto,
que siento que mis huesos son de sangre
y ya no puedo dar un paso más.
Está triste el latido
y está triste el silencio,
y no hay nadie que diga una palabra.
y está triste el silencio,
y no hay nadie que diga una palabra.
No sé cómo escapar
del corazón,
se me ha caído
encima una vez más
y pesa demasiado su inocencia.
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