No sé cómo callar a este silencio.
Me grita que dibujas
promesas en la sed de otras pupilas.
No puedo amordazarlo,
Me grita que dibujas
promesas en la sed de otras pupilas.
No puedo amordazarlo,
se rebela en mi sangre mientras mana
una herida que huele a incertidumbre.
Este silencio escribe en mi intuición
tumultos de mensajes
y repite y repite que tus manos
son el tacto del hambre de otra piel.
Azoté su mudez con mil preguntas,
subestimando al reino de su voz,
y ahora
no sé cómo callar a este silencio,
ya no puedo escapar de su vorágine.
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