se están amotinando las cosas que no digo.
Pero sigo callada mientras truenan
los porqués hacinados al fondo del pasado
y el amor concentrado en mi saliva.
Soy una lengua muda
en el centro del ruido de tu nombre.
que todavía puedo besarte en los oídos
y dejar que se caiga la mordaza
de los verbos que aman.
Que aún estoy a tiempo
de quitarle la sal a tus pupilas
y dejar que comprendas
que soy como un enjambre contenido
en una habitación que no ve el sol.
Por dentro
tengo miedo al silencio
y sin embargo
el miedo es quien me calla.
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