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lunes, 23 de marzo de 2020

Foto fija

Y de repente todo está en silencio
y la vida no es más

que esta puerta cerrada,
esta ventana exhausta de divisar el frío,

esta quietud pequeña
donde no cabe encrucijada alguna,
esta foto de nada.

Una pared inconmovible y sorda,
un rostro congelado,
una calle que no se mueve nunca.

Esta casa incrustada entre los ojos
donde la soledad es una vagabunda
pasiva y despeinada.

Un miedo despiadado,
la ausencia de París,
un viaje paralítico.

De repente lo sé:
la tristeza era esto.



1 comentario:

  1. Qué placer es recibir la expresión en los versos de tu poema, Mariví, un placer estético al leer esas metáforas y esas personificaciones tan hermosas y alejadas de lo tópico.
    Ariel

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